sábado, 26 de febrero de 2011

Problema-problema

La música, la poesía, la subjetividad de arte nos hace creer que somos comprendidos por alguien, nos da una sensación de calma, y lo usamos como un placebo, pero no es mas que eso, un placebo, un freno a los pensamientos que logran escapar de nuestro inconsciente y quieren llegar a nuestro consciente. Acallamos el ruido que nos provoca el enredo de pensamiento poniéndonos unos audífonos o subiéndole el volumen a la música, hasta que la mente logra llenarse de cosas externas y el inconsciente se enmudece por algún tiempo mas. Pero todo sigue ahí, revuelto en nuestro ser, vagando, intentando salir, intentando explicarse a si mismo, tratando de tranquilizarse a si mismo. Mientras creemos que lo que sentimos es lo que escuchamos o leemos, engañándonos, reprimiéndonos, creando una guerra interna y silenciosa y dañina

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